El hotel Mandarín Oriental de Barcelona se inauguró en noviembre del 2009 en una de las calles más emblemáticas de la capital catalana: el Paseo de Gracia. Su diseño combina vanguardismo y lujo con dosis de buen gusto y elegancia.

Para ello, el interiorismo corrió a cargo de la archiconocida arquitecta, interiorista y diseñadora Patricia Urquiola, quien ha conjugado tonos neutros con piezas muy actuales en un equilibrio que desprende elegancia y luz.

En cuanto a las habitaciones, un total de 98, se puede destacar el minimalismo que combina perfectamente con un estilo clásico contemporáneo, donde se cuida al máximo los detalles y la funcionalidad. Los espacios comunes son donde más brilla el trabajo de esta asturiana ubicada en Milán,  donde destaca la blancura de las celosías que emplea, con muebles sobrios y contemporáneos.

La renovación del departamento de filosofía de la Universidad de Nueva York  ha conseguido un espacio perfecto de integración de estudiantes y profesores donde la luz es la gran protagonista. Diseñado por el estudio Steven Holl Architects, quien se ha basado en la metáfora de la luz como conocimiento para crear y decorar este espacio.

El hueco de la escalera conduce a un tragaluz que une los seis niveles del edificio verticalmente y produce una cambiante porosidad de la luz y las sombras, que varían según la estación. En la planta a nivel de suelo se ha configurado un auditorio de madera curvilínea y suelo de corcho.

El edificio se ha decorado siguiendo principios ecológicos. Así, las  baldosas son de corcho,  material bastante primario para cubrir el suelo, ya que son más fáciles de limpiar y acumulan menos polvo que las moquetas, además de proporcionar un ambiente cálido y acogedor. Otro elemento ecológico son las estanterías de metal, que han sido realizadas con un ochenta por cien de acero reciclado y pintadas con un material sin componentes orgánicos volátiles.

Por lo demás, la decoración destaca por el minimalismo y vanguardia, otorgando un mayor protagonismo a la luz y al edificio en sí.

El nuevo restaurante japonés ubicado en Madrid Oishii Sushi Ramen destaca por su decoración vanguardista y actual. La idea de su decoración surge al intentar recrear en él la nueva ciltura japonesa, lejos de los convencionalismos tradicionales y más clásicos.

El proyecto de arquitectura ha sido llevado a cabo por el estudio GdeV y, concretamente, han sido Irene Costas y Olga Moyas las artífices de la decoración.

Todo se organiza dentro de un contenedor de líneas depuradas que se ven matizadas con el empleo de 3 únicos colores: el magenta, el blanco y el naranja. El resultado es un restaurante enormemente vanguardista e innovador, imagen a la que también ayuda el mobiliario seleccionado por las diseñadoras: bancos naranjas de formas circulares y simples, mesas que parecen tener continuidad en la pared, etc.

En diferentes zonas del establecimiento se ha colocado diferentes vinilos y fotomurales, que aportan el broche perfecto para una decoración divertida, alegre y muy vanguardista.

Ubicado en pleno centro de Barcelona, en el polémico barrio del Raval, el hotel Barceló Raval se ha convertido en poco tiempo en todo un referente del interiorismo de vanguardia.

Ideado por el interiorista Jordi Galí, parte de su gran originalidad radica en el concepto de B Lounge, un nuevo lugar urbano y cosmopolita mezcla de restaurante, bar y coctelería.

El hecho de que el edificio sea totalmente circular, ha permitido a Jordi Galí diseñar un hotel continuo, ecléctico, donde los estilos van variando a medida que vamos adentrándonos en el círculo.

Pero en toda esa vorágine de estilos podemos extraer varios denominadores en común: vanguardia, multiculturalidad y lujo son quizás los ingredientes principales de este proyecto lleno de buen gusto y originalidad.