Todos tenemos algún familiar o amigo gourmet, que nos recomienda las mejores direcciones en nuestra ciudad para ir a cenar o nos invita a su casa para deleitar nuestro paladar con las últimas innovaciones culinarias. Este amante de la alta gastronomía se merece un premio estas Navidades para recompensar sus esfuerzos para ampliar tu cultura gastronómica.

Un buen foodie no utiliza hierbas aromáticas secas, sino que adereza sus platos con productos frescos.  Así que como no siempre tenemos espacio para crear un huerto urbano, sorpréndele con un especiero como regalo de Navidad. Un pequeño macetero en el que pueda cultivar sus propias hierbas aromáticas en la cocina y tenerlas a mano para poner un toque de tomillo y romero al conejo.

Una comida copiosa siempre debe ir regada con un buen caldo. Un decantador no sólo permite presentar el vino de una manera elegante sobre la mesa, sino que además ayuda separar el vino añejo de los sedimentos y acelerar la oxidación de los vinos jóvenes. ¡Ay, seguro que no lo sabías! Cuánto te queda por aprender de tu amigo amante de la buena mesa. Regálale un decantador esta Navidad y te organizará una cata de vinos para que aprendas a apreciarlo, así que saldréis ganando los dos.

Después de la comida, hay quien no perdona un buen postre. Una fondue individual es el regalo perfecto para los foodies más golosos. El chocolate se derrite a fuego lento con la llama de una vela y la fiesta de sabores comienza en el paladar: fruta fresca, frutos secos o golosinas en forma de nube. Un regalo que le dejará un saber de boca dulce.

Otros lo que no perdonan es una buena copa de algún licor, ron o whisky en la sobremesa. Reconócelo, tú también has carraspeado alguna vez y guiñado un ojo ante el contundente sabor un licor de hierbas casero, pero en el fondo te gusta. Por eso tu tío que elabora esta delicia casera con la que aderezáis las sobremesas familiares se merece no tener que darle vueltas a su vaso, para fundir el licor con el hielo y suavizarlo un poco. Regálale unos vasos que oscilan gracias a su original diseño.

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A la hora de decorar una mesa no se debe recargar demasiado con ornamentos y otros elementos de decoración que puedan estorbar más que adornar. Sin embargo, pequeños detalles o elementos elegidos con buen gusto, pueden aportar ese toque diferente y de distinción en la mesa.

No existen reglas básicas en cuanto a la decoración de las mesas. Sin embargo, debes tener presente los siguientes puntos:

–    Los elementos decorativos no deben ser demasiado voluminosos.
–    Que esos adornos permitan que los comensales puedan verse de un lado a otro.
–    Conocer bien las dimensiones de la mesa para decorarla con ornamentos proporcionales a esa medida.

Entre los elementos más utilizados para la ornamentación de mesas se encuentran los floreros. Existen floreros de las formas más variopintas. Elige centros acorde con el tamaño de la mesa a decorar. Elige siempre elementos que vayan con el estilo de tu hogar. Si tu casa es más clásica, te puedes decantar por floreros transparentes, con formas sencillas y elegantes y coloca en él una única flor colorida. En cambio, si tu estilo es más atrevido, existen numerosos floreros con colores sorprendentes y con materiales muy actuales.

También puedes optar por centros de mesas abiertos (forma de plato) en materiales más clásicos: madera, cristal o hierro.  Existen diseños muy elegantes y bonitos. Si es así, coloca sólo la fuente o, a lo más, pequeños detalles como pequeñas bolas decorativas o flores artificiales sin tallos.

En cuanto a las flores, si éstas son naturales, te recomendamos que te decantes por flores de estación, que suelen ser más frescas y suelen durar más.

Los candelabros y las velas son otros de los elementos más recurrentes. Para ambientes más selectos, puedes atreverte con un candelabro más barroco (ojo, sólo un candelabro, no se trata de recargar). Sin embargo, si tu hogar destaca por la sencillez y la naturalidad, emplea un posa velas minimalista, de líneas rectas, donde realmente la vela sea la gran protagonista.